domingo, 25 de enero de 2015

Digging Deeper - Week One - finalizada

Ya hemos pasado nuestra primera semana, y hemos podido repasar y aprender lo más básico para empezar a entendernos con el tema.

  • ¿Qué es un manuscrito?. 
Del participio irregular de manuscribir; del latín manus, mano, y scriptus, escrito. Es cualquier texto, libro, papel, pergamino, etc. escrito a mano. Actualmente al significado se le añade un sentido de antigüedad y valor, generalmente cuando no se utiliza la palabra como adjetivo.

  • ¿Dónde se producían los manuscritos?
Es una "pregunta con trampa", o eso se podría decir, pues tradicionalmente siempre se ha dicho que los manuscritos y los textos miniados etc. se producían en el scriptoria.
Scriptoria, que proviene de scriptorium, significa directamente lugar para escribir. En el más que conocido para los estudiantes de arte plano de Sant Gall el scriptoria tiene un lugar reservado sobre la biblioteca.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo. 1.- Detalle general del plano de Sant Gall. 2.- Ampliación de la zona de la biblioteca. 3.- Jean Miélot dans son scriptorium, dans Miracles de Notre Dame, f.19 de la Biblioteca Nacional de Francia.

Pero es posible que se realizase esta labor en otros lugares, este es un tema sobre el que aún se especula a día de hoy.

  • ¿Por qué importan estos libros "viejos"?
Bueno, sinceramente, esta pregunta no me parece digna de mención, sin estos manuscritos qué nos quedaría... Quizá esta pregunta sea interesante para alguien que nunca se ha planteado la relevancia de estos reyes de las bibliotecas.

  • Accediendo a imágenes de manuscritos.
Nos aproxima a las digitalizaciones de manuscritos, haciendo accesibles estas reliquias a todo aquél que lo desee sin provocarle daños, "los pros y los contras" de aplicar las nuevas tecnologías... Quizá una de las pocas "contras", a parte del acceso a los análisis fisico-químicos, sea no poder sentirlo, tocarlo, olerlo... pero eso es algo que roza la enfermedad de los bibliófilos que lo comprendemos. ¿A quién no le apasiona el olor de un libro viejo y tacto del pasar las páginas? ¿Quién no se ha emocionado leyendo y se ha agarrado al libro como si pendiese de un abismo y éste fuese su punto de salvación? Quizá esa sea la única contra que un investigador que se aproxime a un manuscrito para transcribirlo le encuentre.

  • Práctica de la primera semana: cómo transcribir un texto manuscrito.
Aquí es donde comienza lo bueno, la primera vez que se transcribe no es perfecta, ojalá lo fuera. Nos encontramos con algunas normas sencillas que seguir.

- Observar y describir el manuscrito.
- Anotar el título y las referencias del mismo.
- Copiar las "letras" en el orden en que aparecen.
- Hacer anotaciones entre corchetes y subrayando lo que añadimos nosotros (formas, colores...).
- Expandir las abreviaturas lo máximo posible, subrayando las partes ampliadas.
- Respetar los signos de puntuación y marcar los finales de línea con una slash ("/").
- Añadir las correcciones y borrados.

Tras estos primeros consejos, me lancé a hacer el primer ejercicio:

  • Ejercicio uno: Minúscula Carolina Simple.

La minúscula carolina es un escritura desarrollada como escritura estándar en Europa de modo que el alfabeto latino pudiera ser fácilmente reconocido en ella por la pequeña clase alfabetizada de una región a otra. Fue usada entre los siglos IX y XIII, en el imperio de Carlomagno.

En nuestra primera prueba sólo teníamos que transcribir el texto hasta "Nemo" sin entrar en los detalles de descripción.
Visto lo interesante y entretenido que me resultó, rápidamente me puse con otro texto, una primera página del Breviario de Elisabeth de York (Madre de Enrique VIII), que nos facilitaban en uno de los puntos anteriores.
Tras hacer una primera transcripción a papel y lápiz, he pasado el texto (creo que sin errores) al ordenador y he añadido una traducción libre. Es el principio del Génesis, sencillo y conocido, que también ayuda con algunas palabras.
¡Ya estoy deseando que comience una nueva semana!

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